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amigosmonasteriodesiertopalmas@gmail.com
Dónde estamos
El Parque del Desierto de Las Palmas toma su
nombre del Monasterio, precisamente, fundado como Desierto en el año 1694, que
así llaman los carmelitas a las Casas fundadas en medio de la naturaleza para
dedicarse a la contemplación, añadiéndose desde sus orígenes el apellido de Las
Palmas, por la abundancia del palmito, como planta propia de esta zona
mediterránea.
El Monasterio está emplazado en un terreno en
forma de hemiciclo que se asoma al mar, rodeado por una cadena de montañas,
cuya altura oscila entre los 530
metros de las Agujas de Santa Águeda y los 730 metros de la cumbre
del Bartolo, monte que toma nombre de uno de los religiosos de la primitiva
comunidad fundadora del Desierto. El monasterio está construido sobre una
planicie a 450 metros
de altura sobre el nivel del mar, y es de fácil acceso, aunque de curvas
pronunciadas.
Desde Valencia, una vez tomada la salida Norte
de la Autopista,
y pasada la ciudad de Castellón, hay por la N-340 un desvío a la altura del
kilómetro 981 que origina la CV
147, carretera que surca la extensión del Desierto y desciende hasta Benicàssim.
El Monasterio se encuentra a la altura del kilómetro 9.
El entorno del Monasterio, a pesar de los
incendios que ha padecido en la década de los 80-90 del siglo pasado, y de los
que ya se está recuperando, tiene una vegetación abundante, que sorprende al
viajero, por pensar, al llamarse Desierto, que ha de ser un paraje desolado.
El terreno está surcado de caminos que
facilitan el senderismo, y está salpicado de pequeñas construcciones –las
ermitas– que le dan un aire característico en medio de la naturaleza. Y
teniendo en cuenta su valor arquitectónico, histórico, religioso, ha sido
declarado Bien de Interés Cultural de la Comunidad Valenciana.
Como dato que resalta este valor cultural que
es el Desierto, hay que consignar también que tiene un Museo de Arte religioso,
que puede visitarse previa cita.
Así como, entre las actividades culturales más
significativas, celebra todos los años unos Seminarios de estudio, sobre temas
de actualidad, y cuyas conferencias son publicadas en una colección de libros.
Se organiza igualmente cada año un Ciclo de
Música sacra, denominado LA SOLEDAD SONORA, con un programa-libro glosando en cada
edición un verso de San Juan de la
Cruz, que da título al ciclo del año, en torno a un elemento
de la naturaleza y su musicalidad.
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